lunes, 14 de febrero de 2011

Lacrimosa dies illa.


El humano es un ser sumamente complejo. Tanto es esto así, que muchos pasan toda una vida tratando de comprender el comportamiento de éste. Todos, aunque no lo sepan (o no quieran), tienen un modelo subjetivo de cómo se comporta el Hombre. Pretendemos comprender qué es lo que está pensando el prójimo, y esto puede verse como una adaptación en el misterioso proceso de la evolución, si se quiere. Mucho puede decirse, pero poco probarse; sin embargo, parecemos necesitar entender porqué actúa de cierta manera tanto el individuo como la sociedad. Nos seguimos preguntando porqué y para qué sin pensar que primero, según mi parecer, seríanos mas beneficioso aprender el cómo.

¿Qué es eso; es decir, qué es ese como?
Trayendo a este tema una alegoría del mundo computacional, comprenderemos mejor esto.
Si yo conozco y entiendo CÓMO opera un ordenador, conozco, por ende, PORQUÉ actúa como lo hace. De una manera muy similar podemos entender nuestra cabeza.

Creemos, desde un aspecto clínico, que nuestras emociones (a lo que se enfoca este tema) son producidas por reacciones neuro-corticales de causa-efecto; son el resultado de múltiples segregaciones de neurotransmisores entre las sinapsis neuronales por las cuales se transmite información. Obviamente el proceso es mucho mas complicado que esto, y no nos sirve saberlo, de todas formas. Las discusiones sobre el tema son eternas: por mas avanzada que sea nuestra civilización, el cerebro ha sido un enigma enorme para nosotros. Sabemos mucho, si, pero el entendimiento que nos falta supera con crecer, creo yo, al actual.

Por ejemplo (Y haciendo alusión a este algunas veces infravalorado día de San Valentin), formamos desde pequeños -algunos expertos en el campo sugieren que a la edad de 6 o 7 años- un perfil tanto psicológico como físico y químico de la persona ideal para ser nuestra pareja. Dicho de otro modo, nuestra expectativa de sexo opuesto. Tomamos como modelo a los personajes mas cercanos, en la mayoría de los casos, nuestros padres. Ahora, pasando el tiempo, este modelaje se perfecciona hasta completar dicho proceso. Al estar con la persona que queremos, según nuestro perfil, nuestro cuerpo sufre una serie de cambios: la respiración pasa de 16 ciclos por minuto a (mas o menos) 30; los latidos del corazón aumentan notablemente; las pupilas se dilatan (para ver mejor); se segrega Feniletilamina, el bioquímico que produce ese sentimiento de "placer" (que curiosamente lo encontramos en el chocolate y algunos quesos); los niveles de Zerotonina aumentan (su disminución se relaciona con la depresión, esquizofrenia, etc) (esta droga también se ve afectada por el clima: a mayor frió, menor segregación); la glándula suprarrenal (arriba de los riñones) produce noradrenalina, y si, esa es, entre otras, la sustancia que nos hace comportar como verdaderos estúpidos en esos momentos que mas deberíamos ser inteligentes. En fin, nuestra química se transforma para formarnos como enamorados; pero, ¿ Porqué nos duele dejar de ver a esa persona especial? Si al estar cerca de el o ella, sufrimos una serie de bombardeos de drogas, al estar sin el o ella, estos bombardeos cesan. En otras palabras, dejamos de producir aquellas sustancias que nos hacían sentir "bien", y en fisiología básica ¿Que sucede cuando el cuerpo deja de consumir un químico que procede al placer? Se comienza con un periodo de abstinencia. Nos volvemos adictos a ciertas personas, y hasta cierto punto esto es deseable, ya que si nos despreciáramos o esa pasión no existiera, la especie, quizá, se extinguiría.

Ahora que entendemos CÓMO operamos en esta situacion, entendemos PORQUÉ actuamos así en momentos determinados. Quizá tratemos de relacionar mas cosas, como por ejemplo porqué algunos lugares mas fríos la sociedad ahí existente tiende a ser menos amorosa y mas calculadora, o que los enamorados dejan de razonar según la lógica común para dejarse llevar por su "corazón". Podríamos, incluso, querer decir que los chocolates en esos días festivos de San Valentin son de los regalos mas aclamados. Muchas cosas quisiéramos aclarar, pero no probar a ciencia cierta. Lo digo y reitero, somos seres complejos. Mas allá de los animales, mas allá de seres sintéticos: somos increíblemente peculiares. Podemos pasar una vida tratando de comprendernos nosotros mismos y solo dar una probada del gran pastel de nuestra existencia.

"El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional"